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Configuración

El término ‘configuración’ significa, para la Terapia Gestalt, una de las posibles formas de traducción del sustantivo alemán ‘gestalt’. Conforme Perls, Hefferline y Goodman: “(c)onfiguración, estructura, tema, relación estructural (Korzybski) o totalidad significativa y organizada, son los términos que se acercan más a la palabra alemana Gestalt, para la que no existe ningún equivalente en inglés o en español” (1951, p. xlii). O, entonces, según Perls (1973, p. 19): “(u)na gestalt es una forma, una configuración, el modo particular de organización de las partes individuales que entran en su composición”.

El término ‘configuración’, tal como él es empleado en la lengua española, favorece la descripción de los aspectos dinámicos envueltos en la formación de una Gestalt. Se trata de un modo de nominar el proceso de formación de una totalidad, la cual no es resultante de la sumatoria de las partes envueltas, tampoco es algo apartado de esas partes, como si de ellas independiese. Al contrario, cuando hablamos en configuración tenemos en vista una totalidad tal como nuestro organismo: este no es resultado de la suma de los órganos de que somos formados, tampoco es uno de esos órganos. Se trata de una unidad que se expresa entre nuestros órganos, que no existe sin ellos, pero no es uno de ellos. Nuestro organismo es la propia relación de los órganos entre sí, la previa disponibilidad de uno para el otro, el sistema espontáneo de equivalencia que establecen entre sí. O, incluso, el organismo es la frontera viva entre esos órganos, aquello que los hace cambiar informaciones físicas y vitales. Lo que nos permite entender la configuración como una especie de frontera viva.
Sin embargo, entendido como frontera viva, la configuración no se limita a designar nuestro organismo. La configuración –como frontera viva- también existe entre los organismos, entre ellos y las cosas inanimadas, entre ellos y las instituciones culturales. Lo que nos permite hablar de las configuraciones como totalidades impersonales y genéricas, de las cuales participamos en diversos niveles: físico, biológico, vital, social… en este sentido, dicen Perls, Hefferline y Goodman:

La experiencia se da en la frontera entre el organismo y su entorno, principalmente en la superficie de la piel y en los otros órganos de respuesta sensorial y motora. La experiencia es la función de esta frontera y, psicológicamente, lo que es real son las configuraciones “globales” de este funcionamiento cuando se consigue algún sentido o cuando se completa alguna acción. (1951, p. 5)

Esa forma de emplear la noción de configuración recuerda la teoría fenomenológica del todo auténtico; la cual fue presentada por Husserl en la tercera de las Investigaciones Lógicas (1900 – 1901) y retomada en la obra Ideas (1913), la cual sirvió de modelo para Goodman establecer la redacción de la teoría del self, en la tercera parte del segundo volumen de la obra Terapia Gestalt (1951), conforme declaración del propio Goodman (GOODMAN apud STOEHR, 1994). Según Husserl, un todo auténtico es aquel cuyas partes o contenidos están relacionados de modo dependiente, lo que significa decir: la modificación de una parte acarrea la modificación de las otras. En el caso de una totalidad acústica, por ejemplo, se cambió la calidad del sonido, simultáneamente alteró su intensidad y, así, sucesivamente, de modo que pasó a disponer de una nueva unidad sonora. Para Husserl, las Gestalten o configuraciones son totalidades auténticas, en que se puede observar, en los términos de una relación de dependencia entre las partes envueltas, la vigencia de una intencionalidad comunitaria, sin portavoz específico, pero compartida por todos los envueltos, tal como una frontera viva.
Los psicólogos de la Forma tomaron para sí la teoría fenomenológica del todo auténtico y con ella intentaron pensar fenómenos naturales, como la percepción. Según ellos, las discusiones fenomenológicas permiten comprender que es la organización de los hechos, percepciones y comportamientos y no los aspectos individuales de que son compuestos que da a los todos su definición o significación específica y particular (PERLS, 1973, p. 18). También llamaron a esa organización espontánea de Gestalt o configuración. Diferentemente de la fenomenología, entretanto, los psicólogos de la Forma tomaron las Gestalten como si ellas pudiesen ser traducidas en términos objetivos, como si ellas pudiesen ser reducidas a leyes o regularidades fenoménicas, despreciando lo que en ellas pudiese haber de intencional. Es como si cada Gestalt o configuración expresara una combinatoria de partes que valiese como ley universal – y no como si hubiese entre las partes envueltas una intencionalidad común. Los fundadores de la Terapia Gestalt criticaron esa tentativa de objetivación establecida por los psicólogos de la Forma. A partir de estos, Perls, Hefferline y Goodman intentaron establecer un retorno al empleo fenomenológico del término configuración (Gestalt); lo que significa restituir el carácter intencional que define la manera como las partes de una Gestalt están ligadas entre sí. Lo que tal vez explique por qué razón, en la práctica clínica de la Terapia Gestalt, por ejemplo, importa acentuar que las sesiones terapéuticas, los trabajos de acompañamiento terapéutico y los workshops –entre otras modalidades de intervención- son menos repeticiones estructuradas a partir del pasado y más ajustes “creados” en el aquí/ahora de la sesión. La creación es el ingrediente intencional a partir del cual las partes envueltas, vengan ellas o no del pasado, asumen una configuración única, formando una totalidad autentica – whole, en la terminología de Perls, Hefferline y Goodman (1951, p. 5).


AUTORES: MÜLLER, M.J.; GRANZOTTO, R.L.

REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS

HUSSERL, E. 1900-1. Investigaciones Lógicas. Trad. Jose Gaos, 2.ed. Madrid: Alianza, [s.d.],V. II
______. 1913. Ideas relativas a una fenomenologia pura e una filosofia fenomenológica I. Trad. José Gaos. 3 ed. México D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1986.
PERLS, Frederick; HEFFERLINE, Ralph; GOODMAN, Paul. 1951. Terapia Gestalt: Excitación y crecimiento de la personalidad humana. Trad. Carmen Vázquez Bandín. Ferrol: Sociedad de Cultura Valle-Inclán, 2006, 3 ed.
STOEHR, T. 1994. Aquí, ahora y lo que viene: Paul Goodman y la psicoterapia Gestalt en tiempos de crisis mundial. Trad. Renato Valenzuela. Santiago: CuatroVientos, 1997.